Catalina Echeverría, editora: “Es importante ofrecer títulos atractivos para todo tipo de lector”
En medio de la crisis sanitaria, el sello busca nuevas formas de llegar al público lector. A través de las redes sociales, el Sello Editorial ha generado espacios de conversación con autores y autoras, así como también se ha volcado a la conversión de sus publicaciones en formatos digitales.
Catalina Echeverría llegó a sumarse al Sello Editorial de la USACH como editora poco antes de las medidas por COVID-19 que afectan al país y al mundo. Por esa razón, ha conocido al equipo a través de video llamadas y conversaciones por mensajería instantánea durante el teletrabajo. Ante ese escenario, así como muchos, la editorial ha continuado su labor poniendo énfasis en lo digital y en el desarrollo de nuevos títulos tanto académicos como culturales.
¿De qué manera Internet ha posibilitado el contacto con el público lector?
Con el confinamiento hemos visto que gran parte de la población está centrándose en las redes sociales para intercambiar lecturas. A falta de instancias de presentación de nuestros libros, como son los lanzamientos, decidimos llevar a los autores a las pantallas de los lectores, lo cual ha resultado bastante bien. Creamos un ciclo de conversaciones, llamado “Libros sin cuarentena”, cuyos registros quedan alojados en nuestra cuenta de Instagram y pueden reproducirse hasta 24 después de realizadas.
¿Cuáles son los desafíos como editorial en un contexto en que sobreabunda la información?
Queremos que los libros editados por el Sello circulen más allá de la comunidad universitaria y para eso es importante ofrecer títulos atractivos para todo tipo de lector, sin descuidar los temas de interés y de contingencia que surjan desde la propia universidad, y sean un aporte al debate social del momento. Por mucha abundancia de información que haya, nuestra misión es darle una identidad definida a las publicaciones del sello editorial para destacar la diversidad y riqueza de su catálogo, que es fiel reflejo de la universidad.
Ahora que todo ha girado hacia lo digital, ¿en qué están ustedes?
Nos hemos esforzado por adaptar nuestros últimos libros publicados a formato ePub para no descuidar nuestra presencia en los canales digitales de venta de libros, como es el caso de Bookmate, una aplicación de lectura para aparatos móviles. También estamos en conversaciones para adaptar algunos de nuestros títulos a audiolibro y así ampliar aún más nuestra oferta de formatos.
¿Qué aportan las editoriales académicas al campo literario?
Aportan frescura desde los estudios interdisciplinarios, que rescatan los diálogos que se generan entre literatura y ciencias sociales, arte, historia, ciencias, matemáticas, por nombrar algunas. Lo importante es que estas son propuestas editoriales sustentadas en sólidas bases de investigación y responden a inquietudes del conocimiento tan diversas como respetables, a diferencia de las publicaciones con fines comerciales que suelen ser fugaces e imperecederas. La editorial de una universidad debe ser el puente de difusión de las ideas académicas en la sociedad y, por lo mismo, estar al alcance de todos, mantenerse opinante y vigente.
Con la llegada del director hace casi un año y el tuyo ahora, ¿qué elementos nuevos quisieran añadir a la editorial?
Nuestra principal motivación es difundir la diversidad y riqueza del actual catálogo de la editorial y para eso creemos que es necesario reforzar su identidad, con el fin de atraer a lectores que van más allá de la comunidad académica. Queremos destacar la producción intelectual de la universidad y, a su vez, difundir sus ideas respecto a las transformaciones que estamos experimentando en el país como son las demandas sociales y constitucionales; dejar en claro que tenemos mucho que aportar en el debate actual.